viernes, 23 de marzo de 2012

Las mejores técnicas para lamer el clítoris

Es sabido que la lengua puede aportar mucho a la hora de los juegos sexuales y provocar sensaciones de lo más extremas si se usa adecuadamente. Aunque no existe una técnica única e infalible para dar placer, de la mano de Raquel Traba y su libro Los Placeres de Lola, se desprenden algunos consejos no sólo para guiar en la exploración más profunda por la anatomía femenina, sino también para que el juego con el clítoris sea de alto voltaje.

Lo primero es encontrar una posición cómoda, ya que si vamos a dedicarle un buen tiempo, bien vale estar lo más cómodo posible. Algunas posiciones para tener en cuenta:

Ella arrodillada sobre la cabeza de su pareja, bajando su vulva sobre la boca de él. Se puede poner una almohada debajo de la cabeza de la persona que realiza el cunnilingus para levantarla hasta la altura de la vulva, o una colcha o acolchado doblado debajo del cuerpo de ella para que pueda descansar su peso mientras mantiene elevada la pelvis.

Ella acostada sobre la cama con sus piernas en el suelo. Él entonces se pone de rodillas sobre el suelo entre sus piernas abiertas. En esta postura es recomendable poner almohadas bajo las rodillas y/o pecho de la persona arrodillada o debajo de las caderas de ella para levantarlas hasta el nivel de la boca.

Acostados de lado el uno frente al otro, colocando sus cabezas sobre los muslos del otro.

Acostados en el suelo de lado, en ángulo recto formando una "T". Ella con la pierna levantada para dar acceso a la zona y él recostando la cabeza sobre el muslo interior de ella. Puede hacerse desde el frente o desde detrás.

Está la posición tradicional donde ella está tumbada de espaldas con las piernas abiertas y su pareja entre sus muslos. Además de cómodo, puede resultar muy morboso si ella se coloca una almohada debajo de la cabeza, así puede observar a su pareja. También colocar la almohada bajo sus caderas eleva la pelvis y hay un mejor acceso por parte de la boca de él a la zona.

Las técnicas más utilizadas:
No hay nada más comparable a las caricias de la lengua bajando hasta el sexo, ni nada tan intenso y tan íntimo como la boca merodeando por la zona más erógena, ¡Tomar nota de los siguientes consejos y a practicar! Porque cada mujer es un mundo, es importante adaptar la técnica de inicio al gusto de cada mujer. La sensibilidad de la vulva y el clítoris determinan qué tipo de estimulación le gusta y a la cual responde más. Hay mujeres que prefieren un toque suave y lento, otras disfrutan más con un toque rápido y firme.

Lo más recomendable, es iniciar un juego de precalentamiento y tener presente que el clítoris es la frutilla de la torta. Una mujer, con sólo imaginar cómo su amante descienda hacia su sexo a través de excitantes insinuaciones, ya empieza a lubricar y su excitación va en aumento por momentos.

La ruta hacia el placer:
No buscar el clítoris inmediatamente. Si ella no está excitada de forma adecuada su clítoris estará muy sensible o completamente insensible a todas las formas de estimulación. Hay que esperar para que sus hormonas fluyan y sus genitales se inunden de sangre. La mejor manera es empezar a recorrer con la lengua desde los dedos de los pies, tobillos, muslos, besar las ingles, abrir las piernas… hasta el infinito.
Cuando la vagina está muy lubricada, chorreando y pidiendo más el clítoris va aumentando su tamaño y la lengua del chico está lista para entrar en el ruedo. “La lengua debe convertirse en una herramienta omnipresente que se deslice por todos los rincones de la vulva”, dice Raquel Traba.

Olvidarse de atacar el clítoris. Acariciar, besar y lamer la parte interna de los muslos. Lamer cuidadosamente el área donde se unen la vulva y los muslos. Lamer lentamente su monte púbico y sus labios mayores. Tomarse su tiempo. Deslizar la lengua a lo largo del surco formado por los labios mayores. Después entre sus labios mayores y menores. Si es posible introducir los labios menores en la boca y chúpalos. Eso los irá llenando de sangre y aumentando la excitación. Lamer el área entre sus labios menores justo fuera de la vagina y el orificio uretral. Si el clítoris está bien definido, deslizar su lengua a lo largo de los surcos que lo separan de los labios mayores.

La bienvenida es a través de movimientos lentos:
Por fin llegamos a la frutilla de la torta pero, ¿cómo hay que jugar con él? El clítoris es muy sensible, ir con cuidado es una regla imprescindible.

Al principio no hay que retraer su capuchón. Cuando ella parezca estar lista para explotar, deslizar hacia atrás su capuchón clitoridiano con los dedos lubricados, (ella puede usar los suyos propios), y lamer y chupar su glande clitoridiano, exquisitamente sensible. Hacerlo muy suave. Hay mujeres que requieren un toque muy ligero, a otras esto les hace cosquillas y necesitan un toque firme pero suave. Otras incluso no pueden tolerar la estimulación directa de su capuchón clitoridiano.

Chupar suavemente sobre su clítoris; sacar suavemente más sangre de él. Una vez que encuentres una forma de estimulación que le sea placentera, mantener esa estimulación hasta que ella experimente el orgasmo, si ella quiere. Si ella no puede experimentar el orgasmo, continúa la estimulación mientras sea placentera para ambos. El cunnilingus no necesita incluir el orgasmo para ser muy placentero y satisfactorio.
Se pueden utilizar los labios a la vez que la lengua, o alternar un poco si aparece el cansancio. Aprovechar la nariz tocando suavemente su clítoris mientras se estimula sus labios vaginales. También se puede incluir el uso de juguetes para penetrarla, tus dedos, mientras se realiza el cunnilingus.
Cinco movimientos de lengua muy satisfactorios:
1. Poner la lengua plana y grande como si se tratara de un helado y pasarla despacio de arriba a bajo por la vagina.

2. Intercalar tres “lentas chupadas de helado” con cinco chupadas rápidas directamente en el clítoris de izquierda a derecha.

3. Intercalar tres o más “lentas chupadas de helado” con succiones de clítoris.

4. Succionar el clítoris y dejarlo atrapado en la boca mientras se dan golpecitos con la lengua.

5. Finalmente, si a tu pareja le gusta, lamer su clítoris mediante toques fuertes y rápidos.

Este apartado es muy útil para todos los hombres (y mujeres). Las mujeres suelen dar señales mientras les practican sexo oral. A saber:

Si empuja la vulva hasta encajarla dentro de tu boca, está pidiendo más presión directa sobre el clítoris.

Si se hecha para atrás cuando entra en contacto la lengua con el clítoris, detenerse y estimular otros lugares de la vulva, ya que lo que la chica quiere decir, es que el contacto fue muy directo.

Si mueve las caderas, pueden ser dos cosas. Si las mueve hacia arriba, demanda que subas un poco la lengua, hacia abajo, entonces hay que estimularla situando la lengua un poco más abajo, si las mueve muy rápido, quiere más velocidad.

Posturas Kamasutra: Las viñas enlazadas


La posición del loto es considerada como la “favorita de los amantes” por Kalyanamalla, el autor de la obra erótica india Ananga Ranga. Se ofrece a caricias, besos y a la expresión de la ternura en un cara a cara amoroso. ¿Y tú, qué opinas?
La unión del loto
Sentado en el suelo o en la cama, el hombre dobla sus rodillas y abre sus piernas, pegando las plantas de los pies entre sí. Su amante se sienta sobre él, de frente y a horcajadas, cerrando sus piernas en torno a la cintura de su pareja, los pies sobre el suelo o la cama.
En la posición del loto, el contacto íntimo favorece una unión completa. Empieza por besos prolongados, labios unidos y lenguas bailando un vals perpetuo. El hombre acaricia los pechos de su pareja, apretándolos y besándolos, y muerde cuidadosamente los pezones. La mujer podría deslizar su mano en la entrepierna del hombre, cercando su pene en un anillo formado por el índice y el pulgar. Ella desplaza muy suavemente sus dedos cerrados de arriba abajo, desde la base del miembro hasta el glande, y efectúa una ligera presión que hará gemir a su pareja. A la vez, ella frota su muñeca o su antebrazo contra su vulva, lo que le mantendrá más excitada. Cada uno deja a sus manos explorar las nalgas, la espalda y los hombros del otro, embriagándose con el dulzor del cuerpo de su querido. La mujer podrá a partir de ahora dotar a sus caderas de pequeños movimientos para frotar su vulva contra el pene totalmente erecto del hombre, estimulando así el clítoris.
Al borde del desmayo, ella suplicará a su amante que la penetre: el hombre ayuda entonces a la mujer a elevarse para introducir en su vagina el miembro viril. Así la penetración es sencilla ya que la vagina está naturalmente lubrificada y dilatada. No obstante, la mujer podrá aplicar saliva sobre el sexo de su compañero, antes de que la penetre, una delicadeza que añadirá dulzor y ternura al momento. O bien el hombre pasa sus dedos mojados sobre los labios menores para guiar su pene dentro de la vagina.
El amante tiene ahora varias opciones: rodear con sus brazos el cuello de su dama o poner sus manos sobre los hombros para dejarle tomar la iniciativa en el vaivén. Él puede elegir también mantenerla por la cintura y presionar ligeramente las nalgas de la mujer, ayudándole así a balancearse con una cadencia en sintonía. Si la mujer contrae los músculos de su perineo, comprimirá el pene con su vagina, aumentando para ambos la intensidad de las sensaciones. Impulsando sus rodillas arriba y abajo, el hombre hace bascular sus caderas y provoca más variados y fuertes rozamientos vaginales, llevando a la mujer hasta el orgasmo. Si ella lo desea, acerca una de sus piernas al cuerpo y alza la otra, sosteniéndose con una mano: esta postura ayuda a variar la tensión de la vagina sobre el pene y provoca sacudidas de placer que cada uno apreciará, mientras contempla el goce del otro. Pues la ventaja de la unión del loto es dar tanto placer al otro como el que se disfruta.

Posturas Kamasutra: Barco de Vela


Posturas Kamasutra: Las viñas enlazadas


En la posición de las viñas enlazadas, la penetración se efectúa de costado, cara a cara, y permite unas variaciones interesantes.
Las viñas enlazadas
La mujer y el hombre tienen la elección de enlazarse para apretar el pecho uno contra el otro, besarse y mimarse la espalda y las nalgas o, al contrario, apartarse un poco y acariciarse el pecho y los senos o besar el cuello. 
Si las piernas quedan estiradas, la penetración será menos profunda, pero si ella aprieta los muslos, las sensaciones al nivel de los labios y el clítoris se reforzarán rápidamente con los movimientos de la pelvis. 
Sin embargo, algunas prefieren plegar sus piernas y rodear la cintura del hombre con sus muslos, uno encima, el otro debajo. Así cambia la penetración, la presión del pene afectará otras zonas de la pared vaginal, suscitando más emociones.    
Se hace la posición de las viñas enlazadas cuando el hombre endereza sus piernas en ángulo recto; la mujer deja un muslo extendido entre los de su amante y levanta el otro, que se situará sobre él, a la altura de su cintura.  
Así los amantes están entrelazados como los zarcillos de la vid, lo que refuerza la intimidad y la fusión corporal. Esta posición no tiene como finalidad única la de provocar el orgasmo, a la mujer o al hombre. En general, permite alargar los abrazos, variar las caricias y los besos y unir en armonía los movimientos corporales.
Las viñas enlazadas es una posición confortable, que da tiempo para jugar con su deseo y satisfacer todas sus ansias mutuas. Para quien aprecie disfrutar las sensaciones dadas por los ritmos suaves del amor, esta es la oportunidad de aprovecharlo al máximo. 
Cuando el ambiente esté al rojo vivo, un cambio de posición traerá un gozo tanto más fuerte y profundo cuanto más tiempo se dedique a prepararlo con sumo cuidado.


Posturas Kamasutra: Barco de Vela

Posturas Kamasutra: El encantador de serpientes

Posturas Kamasutra: El pecho profundo

¿Cuántos orgasmos has sentido en un acto sexual?