lunes, 20 de febrero de 2012

¡Sexo para chuparse los dedos! (El Arte de Usar los Dedos)


Nos han enseñado cómo mover, usar, abrir, cerrar todos los orificios humanos posibles respecto al sexo. Hemos visto innumerables gráficos, fotos, leído libros, para saber el lugar exacto en que se encuentra el clítoris y descifrar por qué el punto G femenino está tan terriblemente escondido. Del punto G masculino ni hablar. Misterio cuasi indescifrable. Enciclopedias enteras del tema.


Hemos aprendido, con bastante práctica, cómo colocar correctamente un condón. Hemos adaptado nuestros músculos y articulaciones a nuevas e innumerables posiciones sexuales: arriba, abajo, en medio (¿? sí, en medio), bocarriba, bocabajo, en toda la cantidad de lugares posibles, al aire libre, en un lugar de dos metros al cuadrado.


Pero poco, podría apostar que muy poco, hemos aprendido a darle un buen y correcto uso a los dedos en materia sexual. Son, después de todo, indispensables. A mí me encantan. Es una de las partes que miro inmediatamente en un hombre. Y de mis hombres, jamás olvidaré sus dedos. Ni de las mujeres.


Debo decir que he tenido sexo con hombres porque me encantan sus manos, por imaginarlas en alguno de mis rincones. Con sus dedos grandes o largos, varoniles o sensuales. Aunque claro, unas manos lindas per se no aseguran su buen desempeño. ¿Será que las manos son otro de mis fetiches?


He conocido manos grandes (son las que particularmente me encantan), dedos largos, gruesos o muy delgados. Anteriormente no era muy fan de los dedos delgados, pero alguna vez conocí a un hombre que hacía maravillas con ellos. Maravillas. No usaba los dedos completos sino sólo las yemas para acariciar, a veces ni siquiera los introducía en lado alguno. No hacía falta. Sólo acariciaba. Y bueno, ¿qué puedo contarles? Me estremezco tan sólo recordarlo.


Así que desde entonces no discrimino. Uno nunca sabe qué habilidades tendrá el siguiente dedo en turno. Pero ¿por qué no le damos la misma importancia a los dedos como a otras partes del cuerpo en materia sexual? ¿Si son básicamente los segundos en importancia?


Tal vez es hora de que comencemos a dársela. Yo no imagino una relación sexual sin la introducción previa de uno de estos invitados lubricados en mis rincones. Me encantan las caricias delicadas y también la intensidad que estas falanges pueden proporcionar, con su base, léase, el puño (que también tiene lo suyo).


La próxima vez que tengas sexo sabrás que sin ellos no podría ser, simplemente, y que si desarrollas este arte tendrás mucho para ganar para ti y tu pareja. A veces ensayar con uno mismo funciona. Tocarse y sentir con una mirada distinta a través de los dedos, explorar todas las sensaciones, puede ser un buen comienzo.


Pero, ojo, como para todo en el sexo, el correcto uso de los dedos también tiene su manual de instrucción. Aquí algunos consejos:



  • Para iniciar, la limpieza es básica. No pienses introducir ningún dedo en ningún lado sin haberte, por lo menos, lavado las manos. Cuida también de tener uñas limpias para evitar infecciones a la mujer, sobre todo, cuyas cavidades son más delicadas.
  • Esto es recomendable hacerlo siempre, pero además incluso en las manos debes usar protección: hay guantes de látex (que puedes comprar en cualquier farmacia) o dedales (que puedes comprar en las condonerías o en sex shops), ya que a veces puedes tener pequeñas cortaditas y si tienes contacto con algún fluido puedes contagiarte de alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS).
  • Recuerda que antes de introducir los dedos en algún sitio, deben estar humedecidos previamente con un lubricante a base de agua.
  • El uso de los dedos es un arte. Muchos hombres creen que el sólo hecho de introducir cualquier cosa en la vagina es ya en sí mismo placentero. Mentira rotunda. Depende del movimiento, textura, etc. Esto sirve como introducción para decir: no, introducir uno o más dedos no provoca placer en sí mismo, sino cómo los uses allí dentro.
  • Dentro, acaricia lentamente, siente la humedad y de acuerdo con las reacciones de ella, sigue o para. Depende. Toca el clítoris con el pulgar (pequeños golpecitos) o e introduce otro en la vagina. Puedes hacer lo mismo en el ano (recuerda que en esta parte, siempre el pene, juguete o dedo, debe estar perfectamente lubricado) y darle a ella verdaderas dosis de placer. Será altamente excitante si introduces tus dedos en ambos lugares al mismo tiempo.
  • Por eso, introducir más de un dedo a la vez, puede causar dolor en lugar de placer. Primero, lubricar, investigar, acariciar, tocar, luego, una vez que la chica está más excitada, entonces dos, tres, cuatro dedos. Tal vez intentar con el puño si a ella le gusta y lo consiente.
  • Ten cuidado de no lastimar con las uñas las paredes vaginales o mover los dedos sin ton ni son (puede ser una sensación muy desagradable, más cercana a la visita al ginecólogo que a la de placer).
  • Si tu chica tiene la regla, entonces es más recomendable que nunca, usar guantes de látex. Incluso, si les gusta, puede llegar a ser excitante, diferente, divertido.
  • Ellas también pueden usar sus dedos para estimular la próstata e introducir uno o dos dedos en el ano masculino no es para nada signo de homosexualidad. Por el contrario, es una zona altamente sensible en ambos, pero en los hombres heterosexuales es, generalmente, un placer que no se permiten tener. Por eso, un consejo es que cuando él esté a punto de llegar al orgasmo y de eyacular, previamente juegues en su ano y con bastante lubricante, introduzcas un dedo. Tal vez será bueno que observes sus reacciones y si no dice que pares, sigue. Esa sensación inesperada le encantará.
  • Hombres o mujeres, en ano o vagina, no introduzcan uno o más dedos y los saquen como si se tratara de un pene. Puede ser molesto, doloroso y nada excitante. A veces, los movimientos lentos son los que provocan más lubricación para comenzar. Después podrás hacer cualquier clase de movimientos intensos.
  • De vez en cuando, usar los dedos en lugares públicos puede ser altamente excitante. Como en el cine por ejemplo, en el auto, etc. (para mantener la higiene, les recomiendo usar gel antibacterial).
  • Acariciar puede ser un asunto del siglo pasado, cursi, facilón, romántico. Otra mentira rotunda. Hoy las parejas no se tocan, no se acarician. Intenten hacerlo con la yema de los dedos, hacer figuras en el cuerpo del otro con la punta de los dedos, permitirse estas sensaciones olvidadas.
  • Chupar los dedos. Como en todo buen banquete, dar a chupar los dedos a otro o chupar la savia de tu pareja (en parejas estables y previos exámenes realizados) puede ser excitante, antes o después…

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