jueves, 16 de febrero de 2012

¿Sabes qué es el PETTING?

A falta de una palabra propia en nuestro idioma, los sexólogos denominan petting a una práctica habitual entre los adolescentes que consiste en una amplia variedad de caricias y juegos sexuales con el objetivo de excitarse y disfrutar y que, aunque puede incluir la masturbación mutua, nunca llega a la penetración.

Aunque en nuestra sociedad la sexualidad está muy relacionada con el coito, no hace falta más que un momento de reflexión para darse cuenta de que existen muchas maneras de dar y obtener placer, sin necesidad de recurrir a la penetración.

Curiosamente, es en la adolescencia, en un momento caracterizado por la inexperiencia y la falta de madurez sexual, cuando más consciente se es de este hecho. Así, por motivos que pueden ir desde el miedo a perder la virginidad, a un embarazo no deseado, o a la posibilidad de contagiarse de una enfermedad de transmisión sexual, a menudo se recurren a otras prácticas más imaginativas que la simple penetración y que, por lo general, resultan tanto o más satisfactorias que ésta.

Es entonces cuando hablamos de petting, un anglicismo proveniente del término inglés “to pet”, que significa acariciar, besar, mimar y que, llevado al terreno sexual, denomina todo tipo de juegos, desde caricias y besos hasta masajes sensuales, frotamientos eróticos y que puede incluir tanto el sexo oral como la masturbación mutua, aunque en ningún caso se llega al coito.

Se trata, por tanto, del sexo sin penetración por excelencia que, si bien es recomendable para cualquiera, sea cual sea su edad y tipo de relación, resulta especialmente adecuado para los más jóvenes, que se inician en el terreno sexual, a los que, además del placer que obtienen con estas prácticas, les aporta “conocimiento del propio cuerpo y de la otra persona, saber lo que le gusta y lo que no y un aprendizaje progresivo, todo ello con un menor riesgo de embarazo y enfermedades de transmisión sexual”, afirma la sexóloga Francisca Molero.

Ventajas
De hecho, más allá de su componente físico, podría decirse que el petting mejora la relación de las parejas más jóvenes ya que, al explorar la parte física de forma compartida y sin la presión de los ‘riesgos’ del sexo convencional, ayuda a perder la vergüenza de los primeros encuentros y mejora también el vínculo emocional.

Y es que, como coinciden todos los expertos, para practicar petting o sexo sin penetración resulta vital mantener una comunicación muy fluida con la pareja, para poder ir avanzando a partir de lo que le gusta a cada uno de sus miembros y lo que no, sin olvidar que, por supuesto, ambos deben estar de acuerdo en este tipo de sexo y decidir de forma conjunta en qué momento finaliza el juego erótico –por ejemplo, si se continúa hasta que uno, o los dos, alcancen el orgasmo–. Para ello, es importante poder expresar sin miedos lo que a cada uno le gusta hacer o que le hagan, o incluso aquellas prácticas que claramente le desagradan.

El consejo de nuestra sexóloga a todos aquellos que estén pensando en iniciarse en este tipo de prácticas es, precisamente, “no tener prisa, disfrutar de cada momento, estar tranquilos y experimentar”.

Por lo demás, el petting no es en absoluto una compleja técnica que deba aprenderse en ningún manual, sino que se desarrolla de forma natural y progresiva, a medida que los miembros de la pareja se van teniendo confianza. No existe una fórmula universal que pueda aplicarse en todos los casos y lo único que debe tenerse en cuenta es que todo el cuerpo puede convertirse en una zona erógena.

Para ellos y para ellas
Por sexos, es conocida la importancia de los clásicos ‘preliminares’ como las caricias y los besos para que ellas se exciten y disfruten de las relaciones. Es lógico, por tanto, que el petting resulte especialmente atractivo para las chicas, que pueden disfrutar así de relaciones más relajadas, multisensoriales y de orgasmos obtenidos de formas diferentes.

En cuanto a los chicos, aunque es cierto que a un adolescente ansioso por experimentar la penetración pueda costarle ‘conformarse’ con el petting, lo cierto es que éste resulta muy positivo desde el momento en que le quita importancia a la penetración (y la presión añadida de mantener la erección y controlar la eyaculación que conlleva), al tiempo que le ayuda a aprender a controlar los tiempos y darse cuenta de que puede obtener placer de diversas maneras.

Para los padres
Si bien a muchos padres cualquier cosa relacionada con la vida sexual de sus hijos les resulta siempre prematura o difícil de aceptar, lo cierto es que el petting es muy recomendable cuando se comienzan a tener relaciones sexuales. En sí misma, es una práctica bastante segura y, por supuesto, mucho más que lanzarse a practicar el coito sin preservativo y practicando la marcha atrás. “El aprendizaje es muy importante para una buena sexualidad y éste implica proceso, ir conociendo la propia respuesta sexual y la de la otra persona. Hablar de ese tema con los hijos, y no solamente de cómo evitar un embarazo o una infección, resulta clave y, lo cierto, es que, a menudo, se aconseja de entrada el preservativo, por la idea de que los encuentros acaban en coito”, concluye la sexóloga, quien recomienda un enfoque más centrado en los aspectos como que “el petting te permite jugar más y durante más tiempo que el coito o la penetración de cualquier tipo, es más accesible y más fácil, y es importante cómo aprendizaje sexual”. La única precaución que hay que tener es que el pene no entre en contacto directo con la vagina ya que, aunque no haya penetración, existe la posibilidad de un embarazo o de trasmisión de una enfermedad sexual, ya que el líquido preseminal y el semen pueden introducirse accidentalmente dentro de la vagina.

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