lunes, 26 de marzo de 2012

¿Cómo abordar el tema de los sex toys con tu pareja?


Los has visto en la tele, en las revistas, tus amigos también tienen, pero nunca has probado a incluir sex toys en tus relaciones. Te pica la curiosidad pero no sabes cómo decírselo a tu pareja. Sexyavenue, la tienda en línea de objetos eróticos, te propone algunos consejos útiles para abordar el tema. 

Según los consejos (quizás no del todo imparciales) de esta página de venta en línea, es importante sugerir, tranquilizar e incitar a tu pareja a que sienta ese mismo interés que tú por los sex toys. Para ello, existen una serie de puntos a tener en cuenta:

Escoge el mejor momento

Escoge el momento idóneo para hablarlo con tu pareja sin hacer de él un acto demasiado protocolario. Opta por un ambiente íntimo y por un momento en el que los dos estéis relajados y dispuestos a escucharos el uno al otro. Evita abordar el tema si has tenido un mal día en el trabajo, si tu pareja está de mal humor o si tu suegra se autoinvita a cenar en casa… Las fiestas familiares tampoco son el momento más adecuado para hablar de ese tema. Organiza mejor una cena a solas en un ambiente íntimo o planifica una tarde de domingo tranquila en casa.

Enfócalo bien

Si quieres probar un sex toy en secreto con tu pareja pero no te atreves a confesárselo, ¡proponle la idea directamente! Utiliza una excusa: “Me lo ha dicho una amiga. Yo pensaba que no tenía pareja, ¡pero sí! Hasta yo me llevé una sorpresa. Pero ella parecía muy contenta… ¡Dice que le gustó y que repetirá!”. En función de su reacción, sabrás si puedes ir más allá con tu propuesta basándote en que, en el peor de los casos, será, por lo menos, divertido. Si sientes que su reacción deja entrever recelo e inapetencia, no insistas y deja el tema aparcado por el momento.

Utiliza las palabras adecuadas

Una vez hayas lanzado el tema al aire y suscitado el interés de tu pareja, haz que se sienta cómodo/a para no herirlo/a o darle la impresión de que sólo quieres sustituirlo/a. Tranquilízalo/a diciéndole que no buscas compensar sus “prestaciones” con un objeto, sino todo lo contrario, es decir descubrir nuevas experiencias juntos. Para evitar comparaciones desafortunadas, deja a un lado las versiones demasiado realistas y cómprate mejor un sex toy con una versión más lúdica. O, ¿por qué no proponerle que lo escoja él/ella para que sea una sorpresa?
La utilización de un sex toy no es para nada obligatorio para poder disfrutar de una vida sexual plena. Al revés. Su uso debe ser fruto de la libre decisión de ambos miembros de la pareja. 

Posturas Kamasutra: Barco de Vela

Posturas Kamasutra: El encantador de serpientes

Posturas Kamasutra: El pecho profundo

Posturas Kamasutra: El Nudo Corredizo


¡Atención, no apto para cualquiera! Esta es la más difícil y más bella posición del Kama Sutra. El nudo corredizo ata a los amantes para una sesión de sexo inolvidable. ¿Listo para una experiencia única?
El nudo corredizo
El nudo corredizo no es, por seguro, una posición para practicar a diario. La mejor de las mejores, una de las posiciones más nobles del Kama Sutra reservada sólo para iniciados. Pero qué demonios, ¿por qué no ponerse a ello hoy mismo?
La base es simple, la pareja realiza la misma postura. Es como si un espejo se situase entre los amantes para generar la posición del nudo corredizo. Así se sientan frente a frente con las piernas cruzadas. Uno de los dos pone las piernas sobre los muslos de su pareja, y las manos se unen en un gesto poético.       
Estando así de cerca, se facilita la penetración, especialmente para aquellos más flexibles. Se produce un cruce de miradas tiernas e intensas a la vez, tanto como los besos. Cada uno puede tomar la iniciativa para alterar la postura: enlazarse apasionadamente en lugar de sólo darse las manos, o separar ambos una pierna mientras que la otra queda doblada. El reflejo sigue en su sitio pero los amantes están más cómodos.  
En la posición del nudo corredizo, se multiplican las posibilidades, pero emprenderla es muy difícil. Habrá que intentar varias veces antes de encontrar la postura predilecta, que permitirá a cada uno gozar más que pensar en mantenerse. La proximidad de ambos sexos hace más fácil el trabajo. Es como para un nudo corredizo: es difícil aprender a hacerlo, pero cuando se domina, puede repetirse una y otra vez. 

Posturas Kamasutra: Barco de Vela

Posturas Kamasutra: El encantador de serpientes

Posturas Kamasutra: El pecho profundo


Posturas Kamasutra: La Rana a nado


¿Ya has visto una rana apáticamente parada en una hoja de nenúfar? ¿Lo has visto también estirarse de repente y lanzarse en el agua con la fuerza de una campeona olímpica? Si es así, quizás sentirás alguna excitación a doblar tus miembros, como la rana, antes del gran salto…
La rana a nado
En la postura de la rana a nado, la mujer da la espalda al hombre como en el perrito. Apoyándose sobre sus codos, las manos cruzadas tras el cuello, la mujer eleva su trasero y sus senos tocan el lecho. Su espalda esta naturalmente arqueada, sus piernas abiertas y dobladas. El hombre se arrodilla entre sus muslos, guía su pene dentro de la vagina y sujeta fuertemente las escápulas de su pareja con sus manos. Así se pueden unir las manos de los amantes. Con esa posición de las piernas, la vagina de la mujer está totalmente abierta. Para comprimirla, ella cruza sus piernas detrás de las del hombre, lo que da al pene una sensación apretada muy turbadora. ¡Durante el acto sexual, el hombre tendrá que probar la flexibilidad de sus riñones! Porque en la rana a nado, el busto de la mujer permanece inmovilizado, mientras que el hombre agita simultáneamente las dos pelvis y efectúa el vaivén.
Como siempre en las posiciones del hombre detrás de la mujer, la penetración es profunda. Pero lo que distingue a la rana a nado de otras posturas, es la estrechez de la vagina en la que se mueve el pene del hombre. Por eso, toda la longitud del pene está en contacto con el conducto y el fondo vaginal, lo que ofrece un gozo fusionado a ambos amantes.
La mujer es obviamente sensible a la estimulación de su punto G, lo que acelera la llegada del orgasmo. Como la prisionera de su amante, abre su percepción de todas las maneras posibles. Por ejemplo, el frotamiento ligero de sus pechos contra las sábanas excita y endurece sus pezones. Esta sutil fricción provoca un placer poco habitual. Con el peso de sus manos sobre la nuca, el amante le demuestra su poder físico, lo que podría resultar ser otra fuente de felicidad.    
Al estar la movilidad del hombre reducida, ya que sus piernas están bloqueadas por las de la mujer, su pene queda totalmente dentro de la vagina: la mujer experimenta una ardiente voluptuosidad por no poder liberarse de la presión ejercida contra su bajo vientre. En este tipo de postura, el hombre se ve obligado a dar golpes enérgicos de cadera y se mueve dentro de la vagina bastante lubricada, especialmente si los amantes se han tomado su tiempo con las caricias preliminares. Si no, los fuertes frotamientos del pene podrían irritar el glande, a veces hasta la quemazón. En este caso, mejor abandonar la posición y seguir en otra, en la que el pene esté más a sus anchas. Pero en general, el contacto apretado de los dos sexos es tan excitante que provoca un orgasmo conjunto y un entumecimiento de los miembros. ¡Como la rana que se lanza al aire, los amantes han tomado un gran impulso antes de apaciguarse!  

Posturas Kamasutra: Barco de Vela

Posturas Kamasutra: El encantador de serpientes

Posturas Kamasutra: El pecho profundo

Posturas Kamasutra: El abrazo del panda


Para unirse en este abrazo del panda, hombre y mujer se acuestan en toda su longitud, frente a frente pero pies contra cabeza. El rostro de ella frente a las piernas de él, y viceversa. Una posición riquísima en sensaciones.
El abrazo del panda
Cuando está suficientemente estimulada y cuando su vagina está bastante lubricada, la mujer pliega las piernas, deslizando una bajo el cuerpo del hombre y pasando la otra por encima, estrecha las caderas de su compañero y se deja penetrar al acercarse contra él.  
El hombre tiene ante sus ojos las nalgas abiertas de la mujer, que desvelan el ano y la vulva. Sus manos están libres para una gran variedad de caricias, sin olvidar las caderas y los muslos. Si la mujer lo desea o tiene curiosidad, el hombre intentará penetrar su ano con el dedo. Las terminaciones nerviosas de las fibras musculares del esfínter anal y las de los músculos situados en la entrada de la vagina están muy relacionadas, lo que provoca una excitación que se trasmite de unas a otras y multiplica las reacciones. Por esta razón, una penetración doble proporciona orgasmos a menudo más intensos a la mujer que sabe jugar con las excitaciones múltiples.
La mujer puede quedarse pasiva, sujetada a las piernas y la pelvis del hombre. Pero tendrá también la posibilidad de mover las caderas para amplificar las sensaciones vaginales. Sus manos recorren los muslos de su amante, de los pies a las nalgas. Desgraciadamente, lo que tiene al alcance de su boca es poco sensible a las caricias labiales o con la lengua. Quizás le gustará lamer los dedos de los pies, proporcionando dulces sensaciones a su hombre. Pero sin actividades muy acaparadoras, lo mejor que la mujer puede hacer es olvidar todo y concentrarse en las olas de placer que las caricias del hombre provocan en su cuerpo.

Posturas Kamasutra: Barco de Vela

Posturas Kamasutra: El encantador de serpientes

Posturas Kamasutra: El pecho profundo

¿Cuántos orgasmos has sentido en un acto sexual?