viernes, 3 de febrero de 2012
¡Los siete mejores consejos sexuales que nunca fallan!
Mucho se ha dicho de las formas en que las mujeres pueden caer rendidas ante el instinto sexual masculino, pero en realidad ¿qué quieren ellas? Aquí te proponemos una lista de las siete mejores técnicas para que nunca te falle el erotismo en la cama. Manos a la obra...
1 El masaje erótico nunca falla
Iniciar el juego sensual con un buen masaje será magnífico para ella, sobre todo, si ha estado estresada. Su líbido te lo agradecerá y al final te recompensará con una excelente noche de sexo.
La maravilla de los masajes es que luego de prenderla a ella, tú también te encederás acariciándola mientras ella está desnuda.
Desnúdense ambos y colócala sobre la cama, boca abajo. Ten a la mano algunos aceites aromáticos, móntate sobre ella, o arrodíllate de lado, y comienza a tocarla. Si no sabes dar masaje o es la primera vez, no importa, déjate llevar por el ritmo de su respiración y toca, con la palma de tus manos, su espalda, hombros, caderas, piernas y nalgas, lentamente.
Reconoce zonas en las que ella sienta más placer o sean puntos eróticos que tú no habías notado. Así, la próxima vez, irás directo a ellos.
De vez en cuando, lame su cuello o sus antebrazos. Dale pequeñas dosis de placer, pero siempre haz uso del suspenso. Evita que se convierta en rutina, vuélvete un experto y hazlo cada vez más placentero.
2 Clítoris, ese pequeño amigo
Mucho se ha dicho del clítoris, de sus millones de terminaciones nerviosas y de su escondite.
Si un día quieres un poco de sexo salvaje y violento para que tu chica se prenda como nunca, jugar con tu lengua en el clítoris, nunca falla... si lo sabes hacer.
Te recomendamos tratarlo con cuidado. Tócalo primero, con la yema de uno de tus dedos y rózalo apenas. Luego aparta con suavidad los pliegues que lo cubren, con tus dos dedos pulgares. Toma tu tiempo para descubrirlo y ver cómo se erecta poco a poco y pasa del tono rosado al rojo ardiente.
Cuando sientas que tu mujer te pide a gritos que la penetres... no lo hagas. Manten la calma e introduce dos dedos, ligeramente, intentando tocar el punto G (que se encuentra en la parte superior de la vulva por dentro de la vagina). Sigue tocando el clítoris y no dejes de mover tus dedos dentro de ella. Haz movimientos lentos, pero intensos.
Sé cuidadoso para no lastimarla, porque un roce excesivo del clítoris puede ser muy doloroso. Una vez que la sientas mojada, entonces penétrala. Si puedes hacer que ella tenga los ojos vendados mientras realizas esta práctica será mucho mejor, así no sabrá en qué momento la penetrarás y ¡eso le excitará como no te imaginas!
3 Rózala con los dedos por todo su cuerpo
A veces abusas de tu fuerza a la hora de tener sexo. Pero a las mujeres, y como buen preámbulo para iniciar un rato sexual, les gusta sentirse tocadas y estremecidas de forma delicada. Y lo mejor de todo, no es difícil para ustedes y tampoco requiere mucho esfuerzo.
Cuando ambos estén desnudos, toca con la punta de tus dedos su silueta o puntos que hagan que muera de placer, como: sus pezones, la planta de sus pies, sus antebrazos, rodillas, pantorrillas, codos, cuello, columna vertebral, ombligo y nalgas. Si sigues nuestras instrucciones, la tendrás muerta.
Lo importante es tocarla como si apenas quisieras acariciarla, es decir, no totalmente, sino rozándola con las yemas de tus dedos. Eso le causará una especie de cosquilla erótica que la preparará para el juego sexual.
4 Sugiere algún juego nuevo
Si estás casado, vives con tu pareja o tienes una relación de años, es común que la pasión se apague con el tiempo y la falta de novedad. Para que nunca te pase, haz todo lo posible porque no desaparezca del todo.
Habla con tu chica de iniciar un nuevo juego sexual, visitar una sex shop, comprar los objetos con los que quieran explorar, usar videos para excitarla o buscar nuevas alternativas como uso de dildos, vibradores o lencería sexy.
Aquí el ganador no sólo serás tú, porque a las mujeres -aunque la mayoría no lo dice- les encanta jugar. Y haz que ella lo vea como eso: un juego que no tiene por qué alterar en absoluto el estado de su relación de pareja.
Si ella no te sugiere alguno por vergüenza, sorpréndela y comienza tú. Por ejemplo, pueden ir a un bar y hacerse pasar por desconocidos, charlar largo rato, coquetear, tocarse con los pies bajo la mesa, ir al baño del antro y si se puede hacerlo ahí mismo.
Algo que también nunca falla es decirle a tu chica que imagine que es sexo por una noche con un desconocido, cámbiense nombres e inventen... Tienen toda la imaginación por delante.
5 Lee con ella algún capítulo de literatura erótica
Si las películas eróticas o porno aumentan nuestro deseo al doble, la literatura, que es toda imaginación, lo acrecienta al triple. Consigue algunas novelas clásicas muy explícitas de autores como el Marqués de Sade, Henry Miller, Almudena Grandes, Zolá, D.H. Lawrence, Vladimir Nabokov, Lautréamont, Lezama Lima o Bukowski.
Lee previamente algunos capítulos y luego escoge el más erótico y descriptivo. Luego, léelo en la cama o el sofá con tu chica, mientras los dos están desnudos. Será inevitable que ella caiga rendida ante las palabras escritas por cualquiera de estos expertos en el erotismo y el sexo. Cuando ella ya no pueda más... entonces sí, suelta el libro y que lo demás continúe...
6 Dale sexo cuando menos lo espere
Muchas veces los hombres caen en el error de pensar que son ellos los únicos que piensan en sexo todo el día y que se excitan a cada momento. Grave equivocación. Las mujeres también piensan mucho en ello, más de lo que imaginas.
En ocasiones, una mirada breve al trasero de un compañero de trabajo puede hacerlas caer en malos pensamientos. Si reúnes la adrenalina con la sorpresa, tu mujer caerá inevitablemente. Así que hacer el amor por sorpresa no le caerá nada mal.
Por ejemplo, a la hora de comida de su trabajo puedes invitarla a comer, y en lugar de eso, llévala a un hotel. Hagan el amor y luego regresen cada uno a sus actividades. Ella no dejará de pensar en ti y tal vez llegue en la noche contigo a casa con ganas de seducirte o te haga una visita sorpresa a tu departamento, pidiéndote más...
7 Sigue explorando después de terminar
Las mujeres siempre quieren más. Son insaciables. Recuerda que la relación sexual no siempre termina cuando “terminas”. Síguela tocando, bésala en los labios con mucho fuego. No hay nada que prenda más a una mujer que una juerga de sexo intenso, uno tras otro y que le provea además muchos orgasmos.
Para eso intenta nuevas formas y pon en práctica los siete puntos anteriores. Si los sigues al pie de la letra, con tu propia dosis de erotismo y sensualidad, con seguridad tendrás una noche de desvelo erótico sin parar. Que tus ojeras del día siguiente te enorgullezcan porque lo has logrado: sacaste un diez con mención honorífica en la cama.
SEXO ANAL
Definición y un poco de historia
Como su nombre indica, El coito anal, consiste en la introducción del pene por vía anal, tanto en relaciones heterosexuales, como en homosexuales.Se solía llamar "sodomía" (palabra derivada de Sodoma, ciudad mítica que, junto a Gomorra, según la Biblia, fue destruida por Jehová debido a sus desenfrenos sexuales. La refencia a Sodoma aparece ligada a obras literarias como "Los 120 días de Sodoma" del marqués de Sade, que fue llevada a la pantalla por Pier Paolo Pasolini. El sexo anal era considerado "contra natura" -) dado que, por tradición religiosa, era considerado como natural sólo aquello que tenía fines reproductivos. Todo lo que se salía de esos cánones era visto como pecaminoso; por ejemplo se decía que los pactos con el demonio se sellaban con un coito anal o beso en las nalgas. La masturbación corrió una suerte parecida. Llama la atención que distintos países atribuían a sus vecinos esta práctica como si fuera algo ajeno y extraño: así los franceses hablaban del "vicio inglés" y los ingleses del "vicio francés", y los árabes del "vicio persa" y viceversa. En muchas situaciones se usaba esta práctica para preservar -hipócritamente- la virginidad y evitar embarazos indeseados. Además del Marqués de Sade, muchos autores como Bocaccio, Chaucer, Petronio o Rabelais han descrito este tipo de prácticas en sus inolvidables obras. Hoy no se acepta el término de antinatural ni el de contra natura para las prácticas con penetración anal (digital o peneana), viéndolas como un juego erótico o variante sexual.
aparece pocas veces como práctica heterosexual, aunque los mangaianos la efectúan durante los períodos de menstruación. En cambio, parece ser el acto sexual más común entre los pueblos primitivos, y en algunas sociedades de Nueva Guinea constituía un acto de obligado cumplimiento para los jóvenes como parte de los ritos de la pubertad, pues se cree que éstos no crecerán como es debido si no han recibido el semen de hombres de más edad.
Aproximadamente el 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez.
El ano, al igual que la vagina, tiene terminaciones nerviosas sensibles. Tanto los hombres como las mujeres heterosexuales, aunque a veces creen que estas inclinaciones indican una tendencia homosexual, a menudo disfrutan con algún tipo de masaje anal. Algunos hombres y mujeres consideran que la práctica del coito anal es algo aventurero y divertido, mientras que otros lo miran como algo sucio, perverso y doloroso. Esta práctica sexual requiere grandes dosis de mutua confianza, lubricación, capacidad de comunicación y paciencia por parte del hombre, que no puede moverse tan enérgicamente como lo haría durante el coito vaginal porque corre el riesgo de dañar tejidos muy delicados. El coito anal es una actividad de alto riesgo debido a la infección VIH.La sumisión física y psicológica que conlleva esta práctica, tiene para muchos hombres y mujeres un gran atractivo como alternativa ocasional al coito vaginal. En realidad, la mujer debería controlar el ritmo y la profundidad de la penetración. Como debe ocurrir en cualquier práctica sexual, nadie debe sentirse obligado a practicar el coito anal sólo porque su pareja se lo pida. El sexo para ser placentero siempre tiene que ser elegido.El recto no está diseñado para la práctica del sexo y no puede soportar repentinos encuentros sexuales sin sufrir daños. Aunque los dos componentes de la pareja gocen, el coito es un acontecimiento especial. Con un poco de creatividad, ambos pueden quedar satisfechos.
Técnica Sexual Cuando se vaya a realizar la penetración anal ha que tener en cuenta que:
Por tratarse de un esfínter muscular tiende a ofrecer resistencias por lo cual debe procurarse una buena relajación corporal.Como, a diferencia de la vagina, no se autolubrica, deberá ser utilizada una crema o gel lubricante no irritante, para tal fin, tanto en el pene o dedo como en el ano.
Realizar la penetración de manera cuidadosa y suave, paulatina (a veces es conveniente dilatar primero con un dedo antes de la introducción del pene), retirándose si la compañera, o compañero, refiere un dolor intenso que no tolera o si hay fuerte resistencia, o sencillamente si no le agrada.
El uso del profiláctico es muy importante pues la mucosa rectal es una vía de entrada de virus y bacterias.
Jamás realizar una penetración vaginal luego de la anal, ya que se corre el peligro de contaminar la vagina con flora bacteriana proveniente del recto y que el pene llevaría consigo; de querer hacerse debería usarse otro profiláctico o, en caso de no usarlo, efectuar una higiene cuidadosaNunca penetrar contra la voluntad de la pareja.
En ocasiones hay resistencias o negativas a hacerlo por el dolor, otras por preceptos morales o religiosos, o porque no resulta placentero. Una de las causas de disgusto, en ambos, puede ser la presencia de materia fecal al retirar el pene. Algunos pacientes homosexuales refieren que utilizan enemas previas para limpiar la zona, pero este método no es de muy frecuente uso.Para muchas parejas heterosexuales el sexo anal puede ser una alternativa que produzca grandes satisfacciones eróticas y sexuales. No obstante, debido sobre todo a que se le ha considerado un "tabú", son muchas las preguntas que genera y algunas las precauciones que exige. Saberlas nunca está de más.Las opiniones acerca del sexo anal son muchas y variadas, e incluso encontradas y contradictorias. No todo el mundo acepta (sobre todo por razones éticas y religiosas) que este tipo de relación sea "normal" en una pareja heterosexual, pero lo cierto es que muchas personas ven en el coito anal una manera como cualquier otra de disfrutar del sexo, un equivalente al oral o al vaginal. No obstante, el clima de ocultación, la presión de los prejuicios y el hecho de que el tema haya sido considerado un tabú ha ocasionado que en cuanto al sexo anal todo sean preguntas, dudas y silencio. Buscarles respuesta es la mejor manera de acabar con los riesgos innecesarios y los problemas derivados de la ignorancia. Porque el sexo anal también exige sus propias precauciones.
Precauciones
Entre las medidas preventivas más evidentes, existe la del preservativo. Aunque su uso está extendido en las relaciones de tipo vaginal (todo el mundo conoce los riesgos que comporta no usarlo, Sida y enfermedades de transmisión sexual), no sucede lo mismo en cuanto al anal. No obstante es necesario usar preservativo como prevención contra la enfermedad del SIDA: ya que el VIH se transmite fácilmente por una zona que carece de lubricación natural y que, por tanto, es más propensa a los desgarres y lesiones sangrantes que, al mezclarse con un semen infectado contribuyen a extender la enfermedad. A ello, sería recomendable añadir otras precauciones que nunca deben parecer innecesarias. La más importante: tras haber practicado el sexo anal no debe pasarse NUNCA al sexo vaginal directamente. Es necesario tomas medidas de higiene, como lavarse el pene (o el dedo si éste también ha intervenido en la penetración), también es necesario cambiar el preservativo, ya que en el ano hay bacterias que, aquí puede que no ocasionen problemas pero si puede hacerlo en la vagina.Por otra parte, no está de más tener en cuenta como medida la necesidad de que el hombre no sea brusco con su pareja que, para poder ser penetrada, debe estar muy excitada o excitado si en su caso se trata de una pareja homosexual. Si no se la excita adecuadamente, sobre todo en el esfínter anal, le puede resultar doloroso y molesto además de provocarle desgarres y lesiones importantes. Por este motivo, un lubricante artificial (con base acuosa, vaselina y aceites puede perjudicar al látex del preservativo) puede resultar de ayuda para facilitar la penetración que, por sí sola, no es sencilla. Si además la pareja estimula manualmente la zona para así dilatar el esfínter anal esta práctica no tiene porque resultar dolorosa.Una última precaución, ya repetida seguramente, de seguro por su importancia, es la HIGIENE. Es evidente que para que todo resulte ameno y placentero la persona penetrada debe haber evacuado antes para que la última parte del colon esté lo más limpia posible y no haya dificultades en la penetración. Finalmente, un lavado concentrado en la zona nunca está demás.
Técnicas alternativas Penetración vaginal posterior, " a tergo".
La penetración desde atrás no deja de se una alternativa al coito anal. Aunque el pene se introduce por la vagina el ángulo de penetración y la perspectiva visual desde atrás hace que parezca una experiencia diferente a la práctica del coito en otras posturas, fantaseando se puede imaginar una penetración anal.Sería interesante y a la vez divertido hablar de la penetración anal sin ponerla en práctica, ya tendrá tiempo si a ambos miembros de la pareja les apetece. Mientras su pareja le estimula con la mano y le cuenta la fantasía sexual más excitante que pueda imaginarse o que haya leído en un libro o en una revista. Decir cosas obscenas sobre un tema prohibido es tan bueno como practicarlo. Pueden probar Practiquen el masaje anal. Para ambos sexos. Póngase un guante de látex y lubrique bien la zona. Cosquillee el borde del ano. Dé vueltas a su alrededor con el dedo. Cuando su pareja esté lista, introduzca el dedo (con la uña bien cortada) lentamente. Haga que su pareja contraiga el músculo anal alrededor de su dedo, inhalando mientras ella o él lo hacen. Como variante, agite su dedo suavemente mientras su pareja contrae y relaja los músculos anales.
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