Cómo aumentar el placer en el coito
Hacer el amor es algo que deja una sensación cálida y reconfortante pero, ¿Cómo aumentar el placer en el coito?, ¿sabrías decirnos qué es lo que ocurre exactamente en tu cuerpo durante una sesión de sexo?
Seguramente desconozcas la respuesta y
el caso es que sólo cuando se conocen las reacciones corporales durante
este proceso -excitación, meseta, orgasmo y resolución- se puede maximizar el placer
en cada una de ellas. Echa un vistazo a este reportaje, porque te lo
explicamos todo al detalle, desde antes de los juegos previos al coito
hasta la siesta postcoito.
La excitación
Se produce en cuanto empiezas a responder al deseo, que, ¡ojo! puede ser desencadenado por un pensamiento o un simple roce que haga aumentar tu placer.
Muchas veces no se necesita ni estimulación física para excitarte,
aunque sí hay que estar física y mentalmente activa para seguir
progresando en esta fase. Por eso, en el momento en que tu chico y tú
empecéis a hacer el amor intenta mantener la concentración, de manera
que la excitación siga construyéndose.
Los pezones se
endurecen,ya que el riego sanguíneo aumenta y hace que se endurezcan
los músculos que rodean los pechos. A medida que los vasos sanguíneos se
ensanchan, las areolas se vuelven más oscuras y sensibles a la estimulación. Es un buen momento para que él se prodigue acariciando y lamiendo los pezones y alrededores.
Los genitales se hinchan.El riego
sanguíneo también provoca un aumento de tamaño en el clítoris, esto hace
que tu placer aumente. Éste se endurece y la zona se vuelve más
sensible. Es el momento idóneo para que tu chico te estimule manual u
oralmente. En esta fase, las paredes vaginales suelen aumentar hasta un
50% su grosor. Para intensificar la excitación, los sexólogos aconsejan
contraer los músculos internos haciendo los famosos ejercicios de Kegel.
Empiezas a lubricar.Al aumentar el placer empiezas a lubricar. Como respuesta a la excitación las glándulas del cérvix y la vagina se hinchan y
segregan el fluido que facilita la penetración. A veces ocurre que la
lubricación cesa y desaparece. En ese caso, haz lo necesario para recuperar la excitación,
piérdete en una fantasía, sugiérele a tu chico que te acaricie el
clítoris muy despacio o te haga un cunnilingus o bien usa un lubricante
hidrosoluble.
Aparece el "rubor facial". El flujo sanguíneo en la zona de la
cabeza, el cuello y el pecho producen un ligero enrojecimiento en el
cutis que se suele apreciar más en mujeres de piel clara. La meseta
Estás en la cumbre de la excitación,
justo antes del clímax. Es esencial que, tal y como aconsejan los
sexólogos, no fuerces el orgasmo porque lo más probable es que si te
preocupas demasiado en conseguirlo acabe escapándose. Intenta relajarte y
deja que suceda, aumentar el placer poco a poco es bueno para luego no tener bajones bruscos.
Los pechos se hinchan. El incremento en el riego sanguíneo puede hacer que tus pechos se agranden hasta un 25% y estén más sensibles. Pídele a tu chico que cuando te toque sea muy, muy delicado.
Las zonas erógenas se
extrasensibilizan.Como fluye más sangre y de forma más rápida las
partes del cuerpo repletas de terminaciones nerviosas, como las orejas,
los senos y la nuca, se vuelven más sensibles y reaccionan mejor a las
caricias.
Tienes una erección.Sí, has oído bien.
Justo antes del clímax el clítoris se endurece y se contrae hacia el
hueso púbico. La parte alta de la vagina se expande aproximadamente un 10% y el útero se eleva algunos milímetros para hacerle sitio al pene.
Los músculos se tensan.Todo el cuerpo se tensa, aumenta el ritmo cardíaco y también la presión sanguínea. El flujo de sangre hace que el tercio inferior de la vagina se
hinche y sus músculos se compriman, reduciendo la abertura vaginal. Es
el mejor momento para sentir intensamente la penetración, así que, si tu
chico todavía no lo ha hecho, no tiene tiempo que perder. Ambos
disfrutaréis al máximo de toda esa tensión muscular.
El orgasmo
Por desgracia, el orgasmo es una estupenda sensación de euforia física que
no dura más de un minuto y, después de ese breve periodo de tiempo, la
tensión que se ha ido acumulando al aumentar el placer se libera. Pero
antes te daremos algunas sugerencias para que te sea más fácil alcanzar
el orgasmo durante la penetración: intenta mantener la estimulación
clitoriana, rózate contra su hueso púbico o, si tú estás encima de él,
dile te estimule manualmente o hazlo tú misma.
Otro truco es que te presione con los
dedos sobre el perineo, la zona que queda entre la vagina y el ano. Este
pequeño gesto desplaza la entrada de la vagina, permite una penetración
más profunda y un contacto más directo con la pared vaginal superior
repleta de terminaciones nerviosas.
Se pierde el control de los sentidos.La
megasensación orgásmica es capaz de provocar el bloqueo momentáneo de
otro tipo de sensaciones y hacer que el cerebro se desconecte
brevemente, en mayor o menor medida. Se produce una sensación cálida en
la zona de la pelvis, el "rubor sexual" alcanza su máximo nivel y el cuerpo responde sin que puedas dominarlo. Relájate y déjate llevar.
Los músculos se contraen. Antes de que tu chico se retire del todo, haz algunas repeticiones de los ejercicios de Kegel. ¿Para qué? De esta forma creas una presión muy estimulante en su pene y en tu punto G.
Pero no sólo se contraen los músculos genitales, de hecho, en la cumbre
del orgasmo, todo tu cuerpo puede ponerse rígido momentáneamente. ¿Y
qué más? El ritmo cardíaco aumenta y el pulso puede llegar a doblarse.
La resolución
En el período post orgásmico tu cuerpo vuelve a su estado de preexcitación.
Te relajas. Los músculos dejan de estar tensos, la respiración se ralentiza y desciende la presión sanguínea.
Todo el cuerpo recupera su estado normal. Los pechos y los genitales vuelven a su tamaño y color habitual y desaparece el "rubor facial".
La hipersensibilidad permanece. Por eso,
un roce intenso en los genitales puede resultar incómodo. Es mejor que
os centréis en otro tipo de placeres, como daros un
masaje en la espalda, haceros caricias por el vientre, hablar mientras
os miráis a los ojos o quedaros dormidos un ratinín hasta que llegue el
momento del segundo asalto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario