sábado, 18 de febrero de 2012
Sueños húmedos, ¿signo de trastornos?
Se reconocen también como “poluciones nocturnas” y son motivo de vergüenza para algunos y de enojo para otros; en realidad no hay de qué preocuparse, ya que se trata de un proceso natural del organismo humano que no denota desajustes, ni físicos ni mentales.
El término con el que los científicos reconocen este fenómeno masculino es “polución nocturna”, el cual para algunos puede sonar raro, pues es más fácil relacionarlo con contaminación. Lo cierto es que la palabra que en esta ocasión nos ocupa refiere a la secreción de semen, siempre involuntaria, que no va acompañada de un orgasmo, por razones que a continuación explicaremos.
Antes de continuar, es importante dejar claro que tampoco se trata de una eyaculación en toda la extensión de la palabra, ya que en ésta la cantidad de esperma es mayor y se expulsa con más fuerza, debido a las contracciones nerviosas del aparato sexual masculino al llegar al punto culminante de su estado de excitación máxima, lo cual se produce durante la relación sexual o a través de la masturbación.
Ahora bien, a polución suele acompañarle el término “nocturna” debido a que es en los periodos de descanso en ese lapso del día en que con mayor frecuencia se presenta. Así es, esta expulsión suele ocurrir durante la llamada fase MOR (Movimiento Ocular Rápido o REM por sus siglas en inglés) del sueño, la cual trataremos de explicar de la siguiente forma: al quedarnos dormidos pasamos por dos etapas fundamentales, siendo la primera la fase ligera, donde las ondas cerebrales se hacen lentas; aproximadamente 90 minutos después se ingresa a la segunda, donde el sueño es más profundo y el organismo sufre baja en temperatura corporal y pulso, el oído se pone alerta y los ojos se mueven bajo los párpados de un lado a otro de manera similar a cuando se está viendo una película, lo que se denomina fase MOR, momento en el que se presentan los sueños y el cerebro está tan activo como si se estuviera despierto; los especialistas señalan que esta etapa ocupa apenas 25% del tiempo que pasamos dormidos.
Polémico tema
Las estadísticas señalan que las poluciones se originan a partir de los 12 ó 13 años, aunque la edad puede variar, y en algunos casos adelantarse incluso a los 9 años; hacia el lado opuesto, se conocen casos de hombres con más de 80 años que las siguen experimentando. En ocasiones se presentan más de una vez por noche, sin que los varones se percaten de ello, siendo un fenómeno que alcanza su frecuencia máxima entre los 17 y 20 años.
Neurólogos, psicólogos, especialistas en trastornos del sueño e incluso sexólogos discuten en nuestros días el hecho de que las poluciones se hagan presentes en la etapa MOR, ya que algunos señalan que se deben a tener sueños eróticos y otros descartan tal hipótesis.
Los urólogos, por ejemplo, afirman que la eyaculación nocturna puede ser provocada por un mecanismo automático del organismo para mantener el buen funcionamiento de los genitales masculinos, lo cual se explica de la siguiente forma: al no haber coito o masturbación las vesículas seminales (especie de recipientes que acumulan el esperma) se llenan y originan que haya una erección, la cual a su vez provoca una contracción en la próstata y ésta a su vez motivará la expulsión del líquido. Por si fuera poco, los mismos especialistas acotan que la mayoría de las erecciones durante el sueño ocurren en las primeras horas de la mañana, cuando los niveles de testosterona (hormona sexual masculina) en la sangre son máximos.
Por su parte, la corriente científica que se ocupa de la salud mental indica que el mecanismo referido funciona como se ha presentado tras ser estimulado oníricamente (al soñar), lo cual es más común ante la falta de actividad sexual.
Es importante dejar claro que si bien se ha mencionado que las poluciones nocturnas son más frecuentes entre los jóvenes que inician la adolescencia, ello no quiere decir que han desarrollado plenamente su capacidad reproductiva, ya que el fluido seminal puede no contener espermatozoides, debido a que estos empiezan a producirse aproximadamente a los 15 años de edad, aunque en ciertos casos hasta los 18 años por no haberse completado la maduración adulta en la creación de espermas en los testículos.
Nada de qué apenarse
Para gran cantidad de jóvenes los sueños húmedos significan el ingreso a la pubertad, ya que sin saberlo la producción de hormonas sexuales se inicia y con ella cambios importantes en el organismo: la voz se hace más gruesa, crecen vellos en la región púbica y las axilas, y los genitales empiezan a madurar.
Sin embargo, el hecho de que los chicos al despertar por la mañana encuentren sábanas y ropa de dormir manchadas de semen es motivo de extrañeza, pero sobre todo de vergüenza como si hubieran cometido algún acto indecoroso. Ante tal hecho, se recomienda que los padres actúen con total naturalidad y traten de explicar al apenado chico que se trata de un proceso fisiológico que indica que se encuentra ya en la adolescencia.
Si los progenitores no actúan de esta manera y regañan al joven avergonzado, pueden desencadenar un sentimiento de culpa que lo acompañará por muchos años, en el que se relacionará a la eyaculación con algo negativo, que corresponde a un individuo perverso de pensamientos malsanos.
Igualmente negativo será que el chico busque asesoría entre amigos de su edad o con quien no es lo suficientemente maduro para orientarlo, pudiendo con ello correr el riesgo de relacionar las poluciones nocturnas con el inicio de la virilidad, masculinidad o machismo, o bien con la culminación de sueños o fantasías eróticas, sin tener una explicación del proceso fisiológico natural que significa realmente.
Así, se sugiere a los padres tomar el acontecimiento con naturalidad y no obligar al chico a hablar del tema si no quiere; en cambio, deben ofrecer mantener “las puertas abiertas” a cualquier tipo de preguntas al respecto y, algo que será muy valioso, no hablar de las experiencias propias, pues los adolescentes lo aborrecen.
Si usted se pregunta qué sucede en la mujer durante un sueño húmedo, podemos mencionarle que no experimenta una polución como el varón, pues no genera líquido seminal, pero si tendrá humedad originada por las llamadas glándulas de Eskene y Bartholin, las cuales se encuentran a cada lado de los labios vaginales menores y tienen la función de producir fluido cuando hay excitación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario